Música comunitaria
Desde tiempos inmemoriales,
los seres humanos nos hemos reunido en comunidad en torno a la cultura y, muy
concretamente, en torno a la música. Sin embargo, en los tiempos actuales, es
más complicado reunirse en torno a algo. Las medidas para la prevención del
covid-19 que incluyen el control de aforos hace que sea, ciertamente,
complicado.
No obstante, en Las Latas
nos las hemos ingeniado para seguir creando comunidad. Cumpliendo con los
aforos permitidos y respetando las distancias de seguridad. También, con la
utilización de mascarillas y productos desinfectantes. Suponen dificultades,
pero también son momentos para adaptarse e innovar.
La tarde daba comienzo
con los y las vecinas del barrio y del proyecto entrando en pequeños grupos. La
gente estaba muy animada. Siempre hace ilusión ver a gente de edades tan dispares
disfrutar de compartir en comunidad.
Para dirigir esta
actividad de creación musical en comunidad, contamos con Sofia Buc. Ella es educadora
en Tardes de Garaje,
productora musical y rapera.
Comenzamos con unas
dinámicas para conocernos, calentar la voz y practicar el ritmo. Una vez listos
y listas, era el momento de comenzar a escribir. Cogimos papel y bolígrafo y
comenzamos a buscar palabras que nos fueran significativas para después
encontrar las palabras que rimasen.
A continuación, tocaba
comenzar a crear la música comunitaria. Para ello, creamos los sonidos de los
diferentes instrumentos musicales con nuestros cuerpos mientras íbamos
desplazando un micrófono por todo el espacio para registrarlo absolutamente
todo. Primero el bombo, con nuestros pies contra el suelo. Después, el clap,
con las palmas. Seguimos creando sonidos deslizando las suelas de los pies,
arrugando papeles, con pequeños silbidos, etc.
Con todos los sonidos
grabados, Sofia comenzó a mezclar la música con diferentes programas de producción
e instrumentos electrónicos para la edición en directo. ¡El resultado parece
increíble!
Para cerrar, Sofía nos
regaló un showcase
de temas enteramente producidos y escritos por ella. ¡Toda una muestra de cómo
convertir las inquietudes en arte!
Hemos dicho para cerrar ¡pero
aún aguardaba una sorpresa más! Los vecinos y vecinas de Las Latas habíamos
preparado una sorpresa. Se apagaron las luces y, mientras una tarta con velas
encendidas que alumbraban en la penumbra, comenzamos a cantar el cumpleaños
feliz. Quisimos dedicar parte de nuestra tarde para celebrar que David y Ana,
dos educadores del proyecto, cumplían años (sí, el mismo día los dos) ¡y mostrarles
el cariño que les tenemos!
Es llamativo cómo una
actividad pensada para crear comunidad a través de la música termina con un ejemplo
tan claro sobre cómo la comunidad se reúne y utiliza la música para transmitir
el amor y el cariño que sienten por ellos y por ellas. ¡Un cierre muy emotivo
para una tarde donde la música es la excusa para seguir cuidándonos, creciendo
y fortaleciendo nuestras relaciones!